domingo, 1 de marzo de 2015

¿Marchar o actuar?

Pensando en cómo empezar este artículo, decidí mejor dividirlo en dos. Los sucesos en las últimas semanas con la mediática generación "pulpín" (una especie de término que identifica a una determinada población) ha mostrado muchas cosas que merecen ser analizadas. Los motivos que han "detonado" la reacción de estas personas son dos, pero hoy sólo se tocará uno de ellos (el otro es mucho más delicado, así que se ha ganado el derecho a estar de manera independiente).

El debate está sobre la mesa: ¿necesitamos programas basura? La población parece haberse dividido en dos. Algunos opinan que esto debe acabar de una vez y hasta convocan a marchas para desaparecer este tipo de contenidos. Otros consideran que cada televidente puede cambiar de canal si no le gusta la programación. En verdad, no veo por qué hacernos tantos dramas si uno puede ser la consecuencia del otro.

Me explico: hace unos días hubo la famosa "marcha contra la tv basura" cuyo propósito era demostrar que hay población en contra de este tipo de contenidos. ¿Algún resultado inmediato? Casi ninguno, al parecer. Magaly emitió su programa como siempre. Los diarios siguen comentando de los últimos escándalos faranduleros como siempre...y al final podría decirse que hubo tanto esfuerzo por las puras ("ladran Sancho, señal que avanzamos" seguro deben decirse los gerentes de estos canales). Claro, sólo falta que algún congresista oportunista presente al mundo un proyecto de ley que busque regular el contenido televisido y los gritos de censura lleguen más alto que los de estos jóvenes bienintencionados, pero -posiblemente- mal orientados.

Hace muchos años (tal vez entre los 90) un productor argentino (que ya no anda en este mundo) mencionó que en nuestro país los canales de señal abierta nos dan este tipo de contenido porque es lo que nos gusta ver. Y es cierto (de lo contrario no tendrían tanta sintonía). Claro, no es culpa de un grupo de personas. Es cierto, antes lo pudo haber sido (aplicando la famosa táctica de "pan y circo"). Pero actualmente somos consecuencia de lo que nos pasó hace más de 20 años. Primera lección: antes de marchar, es preciso retroceder para ver el panorama completo y plantear una solución. 

Sigamos. Esto no se trata sólo de tv basura. Se trata de toda una cultura que gira en torno al escándalo gratuito y las vidas de los demás. Y es algo que sucede aquí como en la China (sobre todo en Estados Unidos o Inglaterra...Pérez Hilton o The Sun no serían famosos si la gente no consumiera ese tipo de contenido): toda una estrategia multimedios (tv, internet, diarios) que apuntan a brindar una alternativa nada nutritiva para entretenernos. Alternativa que muchos consumimos (incluso quienes participaron con tanta energía en la marcha), es la cruda y pura verdad. Segunda lección: antes de luchar, mira bien contra qué es lo que luchas: ¿contra el programa o contra el paquete completo?

Dicen que el camino al infierno está compuesto de buenas intenciones. Es verdad. Y la marcha de hace unos días puede ser un ejemplo de ello. No dudo que la intención es muy buena. Erradicar este tipo de contenidos para poder tener una televisión más nutritiva es una meta que deberíamos alcanzar, pero marchando no es la solución. Tal vez sea un indicador de que no estamos solos: hay más personas que piensan que Combate, Esto es Guerra, etc, no son bacanes. Pero sólo eso
 
Lo más irónico es que los mismos involucrados en estos contenidos basura han dado la solución (claro, con la sonrisa enorme de que jamás lo pondrán en práctica): Si no te gusta, cambia de canal. Es simple y provocador, pero es cierto. ¿A ver: si en vez de una marcha se propone hacer un apagón de televisión? ¿O si se propone dejar de comprar aquellos diarios que llenan el 90% de sus páginas con ese tipo de contenido? Lamento mucho tener que concluir que, esta vez, la solución no era salir a marchar. La solución es dejar de consumir
 
Si se logró derogar una ley fue por otros motivos (que se explicarán en otro post), pero se está lidiando con otro tipo de personas: no es lo msmo un congresista que un gerente de televisión o diario. Tercera lección: uno debe saber bien qué hacer frente a cada situación en particular. No vas a tratar con medicina para perros un dolor abdominal de un familiar.

Finalmente, quiero concluir con un tema que también merece post propio: educación y sociedad civil. La educación no es tarea de los aparatos electrónicos de la casa. Es mucho más complejo, porque intervienen muchos actores (padres, cuidadores, profesores, etc), y con todos ellos hay que trabajar. Es una tarea que no se solucionará marchando, sino actuando. El verdadero cambio no se logrará manifestando nuestro descontento a viva voz en la Plaza San Martín, sino proponiendo soluciones (y aplicándolas) en beneficio de nuestra sociedad. Si tan sólo la mitad de los entusiastas pulpines participaran en algún proyecto educativo y cultural en sus distritos (por ejemplo, una sesión de cuentacuentos infantil, o un taller de "teatro rodante"), otra sería la cuestión. ¿Que no existen estos proyectos? Pues hay que crearlos! Si hay la capacidad para organizar una marcha, ¿por qué no hay capacidad para crear un proyecto social?
 
Es un camino largo. Sí. Pero hay que empezar a recorrerlo.


.